Salud y bienestar integral en la família del siglo XXI
El estrés es la nueva normalidad en el siglo XXI. Pero no tiene que ser así.
La mayoría de las personas modernas mantienen en base una respuesta al estrés elevada porque la forma en que vivimos mina la raíz del bienestar fisiológico.
Esto no solo afecta a los individuos de la sociedad, sino afecta a la cuna, la familia, la forma de crianza, y la paz interior con la que recibimos a nuestros hijos.
Estamos delante de un gran dilemma. Por un lado la situación económica nos requiere que trabajemos de un modo que se podría describir como una «constante tensión». Por otro lado, nuestras relaciones son cada vez más efímeras y carecen de empatía. Las dos cosas van mano en mano y debilitan a nuestras fuerzas más que se justifica por sumarlos.
Y donde más se percibe es cuando nos convertimos en padres.
No solo dormimos menos, sino nos preocupamos más. Igual nuestro hijo llora más de lo normal, no quiere dormir o no quiere comer. Y eso suma también y debilita a nuestras capacidades de superación aún más que ya hemos estado.
Entra la Crisis Emocional.
Entre las cosas que más potencial estresante tiene para un ser humano está el llanto de un bebé.
La desesperación que nos puede invadir por no poder solucionar estos problemas nos puede ser enorme.
Encima intentamos esconder nuestro malestar, la falta de sueño, la tristeza y la rabia, la impotencia y la preocupación, para que no se nos vea débil hacia fuera.
¿Podría haber otra solución…?
Recursos emocionales prácticos para familias
En lugar de sobreponernos pautas de comportamiento, para hablar tranquilos y suavemente a nuestros hijos, nosotros nos dirigimos al interior y aquello que crea la base para nuestro comportamiento, el sistema nervioso y la regulación de las emociones.

¿CÓMO?
Se consigue a través de un trabajo específico con el cuerpo, las reacciones, sensaciones, percepciones y otros, que son la base no solo de nuestro bienestar, sino, de nuestra manera de vernos capaz de enfrentar situaciones difíciles, y, entre otros, de la comunicación non-verbal con nuestros hijos.
¿Qué incluye este trabajo?
- Poder intervenir o frenar en momentos de crisis
- Apaciguar las emociones
- Poder descansar, poder dormir
- Reducir el estrés
- Reducir la preocupación
- Comunicar sin gritar con tu hijo
- Aumento del amor
- Dar y recibir cariño
- Resiliencia y autoestima
- Información útil para el día a día
- Organización práctica de la vida diaria
Se individualiza las intervenciones según necesidad de cada familia.